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Sensación De Vida

(134/66) Gracias, amiga mía.

Oigo tus pasos entre la niebla, percibo tus dudas, tus miedos, tu angustia y soy consciente de que nada de lo que hago tiene valor o mérito. Me deslizo entre tus acantilados, dejo que las olas golpeen mi cuerpo abandonado a la marea, convierto tus dudas en mis dudas, tus miedos en mis miedos, percibo la soledad y la tristeza en tu mirada imaginada, comprendo el dolor de cada uno de los dardos que atormentan tu ánimo, respiro tu fatiga y trato de centrar mi atención en tu esencia.

Intento absorber golpes que te van dirigidos, trato de convertir en caricias, fantasmales agresiones; de transformar en importantes, gestos anodinos. Sé que necesitas un bálsamo distinto, uno que sirva para cerrar heridas y fortalecer un alma resquebrajada y me pregunto si no estaré equivocada. Pero aún así lo busco, trato de encontrarlo pero sé que no existe en ningún otro lugar: el bálsamo está en ti, en nadie más. Tú y solo tú podrás reunir las fuerzas necesarias para arrancarte los dardos, curarte las heridas, vencer a ese coloso cruel e implacable llamado Vivir y, aún sabiendo que cada batalla ganada es el inicio de una nueva batalla, tú y solo tú podrás conseguirlo.

Y me doy cuenta de que, pase lo que pase, sea cual sea el resultado, ella no es lo importante, ni su actitud, ni su comportamiento, ni sus palabras… lo más importante es como estés tú, como evolucionas, como te paras, como retrocedes, como golpeas con rabia el suelo para darte ánimos y seguir adelante, como vas superando fases a golpe de lágrimas que no cesan de brotar, como vives y asumes cada una de esas situaciones que se te van presentando aunque el dolor te haya hecho temerosa y precavida.

Creo que he aprendido a adivinarte por tu voz, por tus silencios, por los matices de tu risa y puedo decirte que me gusta lo que voy conociendo. Me gusta a pesar de que, algún día, sea porque ella comprenda lo que tiene y no quiera compartirte o porque hayas conocido a alguien, perderemos el contacto que existe hoy, esa complicidad que nos permite hablar y reírnos de nosotras mismas, de nuestras circunstancias, de nuestros problemas e, incluso, del mundo. Hay una palabra con un significado igual de bello que Amor y es Amistad, tienen muchas cosas en común, ambas nos hablan de conocimiento, de aprendizaje, de compartir, de saber escuchar, de comprensión, de respeto, de apoyo, ambas nos complementan, nos ayudan a crecer… y ambas son difíciles de conseguir y mantener. Gracias, amiga mía.

(133/66) Que extraño me resulta...

…Caminar sin avanzar, llorar sin lágrimas, gritar sin voz, comulgar sin fe, confesar sin pecado, deambular sin destino, despilfarrar el tiempo, vivir por vivir, sufrir sin motivo, luchar en batallas perdidas de antemano, perder la sangre en heridas inútiles...

...Esperar un cielo azul cuando amenaza la tormenta, construir frases para no decir nada, sentir un vacío tan grande en el alma que me haga dudar de su existencia e incluso de la mía, pedir sabiendo que es no, preguntar conociendo la respuesta...

...Jugar y no perder, aplaudir sin espectáculo, amar sin conocer, explorar sin tocar, hablar y que me escuchen, desear sin medida ni plazo, ahogarme mientras respiro, añorar el futuro, el contacto sin tacto, el tacto sin contacto, el amor sin comprensión, el escuchar sin ver, la risa sin mirada, la voz sin rostro, explicar y que me entiendan.

Hay tantas cosas que se me hacen extrañas y que me convencen de que la extraña soy yo. Pero aún así, sigo necesitando contaminarme, llenarme de sentimientos encontrados, impregnarme de esencias ajenas, de situaciones vividas por otros... Sigue sin importarme "mancharme" del dolor de los demás, de escucharme a través de otras voces, de otros sonidos, de otros ecos. Y hay voces que me son imprescindibles, ecos que me hablan de mi fragilidad, de mi impotencia, de mi pequeñez... también de mi estupidez. Y esas palabras reflejadas me convierten en lo que soy , pues a través de ellas voy aprendiendo y aprendiéndome, conociendo y conociéndome aunque no siempre me guste la lección, aunque no siempre sea gratificante, aunque me demuestre que mi imbecilidad es más grande de lo que pienso. Soy extraña pero.... ¿y qué?.

(132/66) Pasear contigo

Quisiera sentir tu piel y tu sonrisa enamorando mi mirada; que mi mundo, pequeño e íntimo, se te fuera haciendo indispensable y que mis palabras llegaran a tus oídos con la fuerza con las que mi corazón las pronuncia en sonoros susurros, como una sentida y profunda oración.

Te imagino paseando conmigo justo por el borde de La Luna Llena, viendo nuestras sombras reflejadas sobre La Tierra, este planeta que cada vez me es más ajeno pero en el que habitan personas que me son imprescindibles. Caminando juntas, sincronizados nuestros pasos, satisfechas de dicha, de amor, de compañía. Sentada a tus pies, notando tus dedos en mi pelo y tus tristezas, grandes o pequeñas, batiéndose en retirada.

Me imagino comulgando cada mañana con el pan de tus labios, saciando en ti mi hambre y mi sed. Sintiendo tu cabeza apoyada en mi hombro y tu respiración sosegada de confianza. Me imagino mi alma como un escudo que absorbiera todos los golpes que la vida te depare, que bajo su protección nada aconteciera, nada que la pena domine, nada que perturbe tu sonrisa.

 

(131/66) Cuando escribo...

Cuando escribo suelo permitir que la pluma se deslice sin fuerza ni premeditación. Dejo que vaya plasmando lo que va surgiendo de su pequeño corazón cilíndrico. A veces las palabras quedan enganchadas en la plumilla y, apuntando al papel, se queda quieta, en el aire, dudando de como seguir, hasta que vuelve a caminar con lentitud pero con firmeza por el renglón que ella misma va trazando, y en su trayectoria va depositando trocitos de sentimientos, extractos de modestas reflexiones, retazos de historias quizás contadas muchas veces pero vividas una sola, bosquejos de sueños y algún que otro final feliz. Pocas veces se detiene en su andar, ese caminar que discurre sobre la estrecha línea que separa la imaginación menos irreal y la realidad más desbordada.

Mi sangre se mezcla con su sangre sepia, consiguiendo que mis sentimientos y mis ideas se depositen en el paisaje de un folio, imponente y frío en su árida simplicidad; que se torna acogedor cuando, después de vaciar mi alma, su blanco semblante se destruye entre palabras deslizadas desde el corazón a través de la mágica tinta capaz de describir lo que no sabía ni que existía. Las historias y las descripciones son un reflejo de mis sensaciones, de mis pensamientos, de mis ilusiones o de mis inquietudes; y cuando las leo me sorprendo porque han salido de mi pluma, de esa pluma que tiene vida, sentimientos y sensaciones tan parecidas a las mías.

(130/66) PREMIO AL BLOG SOLIDARIO

(130/66) PREMIO AL BLOG SOLIDARIO

Bueno, esta entrada es un tanto especial, pues no está dentro de ninguna de las categorías que tengo por costumbre utilizar. Es especial porque un premio no se recibe todos los días y porque viene desde el corazón de alguien que también es especial, BUTHERFLY, que, desde NAVEGANDO EN LOS SIETE MARES, su blog, nos muestra su forma de sentir y su forma de expresar lo que siente. Gracias, preciosa, aunque no creo ser merecedora de estar entre los premiados, siempre es grato recibir el reconocimiento y notar el cariño de las personas que han querido y sabido traspasar esa puerta que todos tenemos a la entrada de nuestra pequeña parcela de vida.

Quienes reciben este premio deben seguir estas instrucciones:

* Escribir un post mostrando el PREMIO y citar el nombre del blog que te lo regala y enlazarlo al post que te nombra (de esta manera se podrá seguir la cadena).

* Elegir un mínimo de 7 blogs que creas que se han destacado alguna vez, por ayudar, apoyar, y compartir. Poner sus nombres y los enlaces a ellos. (Avisarles).

Opcional. Exhibir el PREMIO con orgullo en tu blog, haciendo enlace al post que escribes sobre el y lo otorgas a otros.
Quienes reciben este premio deben seguir estas instrucciones:

Tener que escoger siete no es tarea fácil, mi corazón se queja y chirría pues todas y cada una de mis secretas escapadas merecerían este premio. Yo, de manera personal, os otorgo uno a cada uno de los que me acompañasteis y a los que me acompañáis, pues para mí compartir este mundo virtual es una prueba de solidaridad y cariño sin discusión.

Siguiendo las reglas he aquí los 7 galardonados son:

-OM : Porque la amistad es el mayor acto solidario. Porque es capaz de aprender mientras enseña y enseña sin darse cuenta. Y porque seguirá "picando" aún a su pesar.

-ROSANA : Porque escribe sobre el amor y el desamor como nadie. Porque la sensibilidad le brota en todas y cada una de sus palabras.

-JUANJO : Porque nos transporta con sus historias y sabe mantener el interés y el misterio hasta el final. Porque, aunque él diga que no, hay mucho de él mismo en cada una de ellas.

-JUAN : Porque si hay un space solidario es el suyo, porque si hay alguien preocupado por todo lo que merece la pena, es él. Porque me gusta su mirada y porque, sin conocernos, ha conseguido que lo sienta como un buen amigo.

-ARENA : Porque transmite sin darse cuenta ese desinteresado interés que siempre siente por los demás, porque se esfuerza en mejorar cada día. Porque si a alguien le "sienta" bien la palabra Amiga es a ella.

- : Porque la belleza también merece premio. Porque compartir es sinónimo de solidaridad y porque rompe su corazón en cada una de las entradas con las que nos deleita.

-ANTHEREA : Porque sabe transmitir sus inquietudes y se muestra con la discreción y las formas de la bella mariposa que hace honor a su nick.

(129/66) El Meme de la ventana

(129/66) El Meme de la ventana

Ha llegado la hora de saldar deudas, pues he sido invitada dos veces y aún no he contestado, cosa bastante insólita en mí. Dicen que el que paga descansa (aunque yo creo que el que cobra descansa aún más).

De la mano de ANTHEREA (siento el retraso, preciosa) me ha llegado un nuevo Meme... mientras estaba pensando como llevarlo a buen término, pues en mi puesto de trabajo no se ve nada desde la ventana, son ventanas ciegas de esas que tienen una película blanca y opaca tal como muestra la imagen, (sí, no busquéis nada y tampoco es que no se haya subido la foto) he sabido que ya no seguiré trabajando allí... o sea que no sé lo que se verá desde la ventana de mi nuevo destino aunque con lo cuadriculados que son en la empresa donde trabajo, seguro que no variará demasiado el paisaje que tendremos si es que hay algún paisaje.

P.D.: Efectivamente, aunque no tienen el "papelito" blanco, lo que se ve no es para echar cohetes, jejeje.

Me encantaría que...

-MAGEC: BIENAVENTURADOS LOS QUE NO ESPERAN...

-ELENA: LO QUE VEN MIS OJOS

-BUTHERFLY: NAVEGANDO EN LOS SIETE MARES

compartieran con nosotros el paisaje de disfrutan desde sus puestos de trabajo y que nos los mostraran con una foto y con la bella mirada que, me consta, poseen.

 

(128/66) Cuando no te siento... cuando te siento

¿Qué siento cuando no te siento?... Pues siento que no te siento, porque no te entiendo, porque no me entiendes y me desespero. Siento que nada es lo que parece y que nada va a ser nunca real. Siento que no consigo hacerte llegar lo que me inspiras, de que hay una pared trasparente entre mis dedos y tus dedos que aparece cada vez que extiendo mi mano hacia ti, haciéndome sentir el frío tacto del cristal inerte y que impide que sientas el calor de mis manos; que da igual lo que diga o haga, pues está todo dicho. Y todo esto me mortifica porque pienso que tendríamos algo que vale la pena, aparte de lo que pase entre tu piel y mi piel, aparte de lo que suceda entre tus ojos y los míos, y que se está rompiendo antes de que sea real. Que estamos condenadas a que no suceda y no porque no queramos sino porque no sabemos como hacerlo. Siento que algo impide que mis manos extendidas toquen tus manos extendidas, que nuestras voces se conozcan y que nuestras miradas se crucen, siento que hay algo que impide acercarnos y no está en mi ni en ti sino que está en la forma en que hemos empezado todo esto.

Esto es lo que siento cuando no te siento, pero… ¿qué siento cuando te siento?, pues siento que mi corazón te necesita más que a la sangre que bombea, esa misma sangre que me permite sentirte en cada sístole, en cada diástole, en cada movimiento vital de mi órgano necesitado de ti, de tu cercanía, de tu palabras, de tu presencia a pesar de esa ausencia que cada día pesa más y más. Y siento que me destruyo cada vez que construyo tu imagen, cada vez que moldeo palabras que perfilen lo que siento, cada vez que siento que te necesito para sentir de nuevo la cordura en mi alma, esa loca cordura que me impulsa a amarte a pesar de no sentirte, a sentirte en mi piel a pesar de no tenerte, a percibirte en mi día a día a pesar de no ser real. Esa cordura que te desea a mi lado, ya, con urgencia. Y siento que quiero perderme en tu aliento, en tu mirada, en tu olor y en tus veredas. Y siento que necesito destruirme pues en esa destrucción renazco para ti en ti, no hay más meta que tú y me gusta esa sensación de exclusividad, de crearme cada vez que te siento.

Esto es lo que siento cuando no te siento, también lo que siento cuando te siento... cada día me es más fácil e imprescindible sentirte y más difícil no hacerlo… ¿Qué sientes tú, Mi Alma?.

(127/66) Estela

A veces me sorprendo sonriendo mientras pienso. Sonrío acordándome de situaciones vividas sin pensar pero que han quedado grabadas en mi estela. Esa estela que me recuerda lo vivido y lo no vivido, lo que he querido y lo que he podido, lo que fue, lo que es y, también, en lo que no pudo ser. Y esa misma estela envía bellos reflejos sobre el mar que se extiende ante mí, en calma chicha a veces y otras, enfurecido y destructor, pero siempre inmenso.

Y sé que camino abriendo esa estela inconscientemente, por inercia de vida, una inercia inconsciente que no me impide disfrutar de la singladura, surcando ese mar al que adoro y respeto, dejando marcada con espuma mi trayectoria sobre su superficie. Y en el fondo de mi sonrisa paso de ser una barca a la deriva, tan pequeña como un cascarón de nuez, a convertirme en esa gota de agua que escala la cresta para poder avistar la orilla en el horizonte infinito, intentando adelantarse en esa búsqueda, eterna búsqueda, de la playa tranquila y sosegada en donde plantar mis pies para siempre y, abrazada a una vida que no es la mía, vivir mis restos. Pero sé que mientras esto no ocurra, como barca o gota, me dejaré envolver en la brisa y en la ola, en la luz del sol y la bruma marina, en el rayo de la tormenta y en la fina lluvia, en la delicada fuerza de la tranquila marea llegando agotada a las arenas de diversas playas. Recuperaré mis fuerzas recostándome en la tierra, dejándome poseer por su savia, tomando aliento para continuar grabando mi estela en el mar y esperando que se cruce con otras estelas llenas de gotas de agua, de reflejos, de sueños  y de esperanzas.

(126/66) Voy necesitando...

El silencio es el mejor refugio de la tristeza, tanto de la inspirada como de la propia, de la del corazón como de la del alma, tanto de la profunda y opresiva como de esa otra tristeza casi cálida, suave e íntima que se llama melancolía. Siempre me han gustado mis silencios pues me permitían escuchar pero este último silencio me ha resultado demasiado espeso y oscuro pues lo he utilizado voluntariamente para no tener que pensar, para no obligarme a entender, para no tener que reconocer y asumir… demasiadas sensaciones en demasiados frentes, demasiadas desilusiones en demasiado poco tiempo... necesitaba tiempo y espacio y me permití ese dudoso lujo.

Esa opresión que siento en el pecho se me está haciendo cotidiana, muy familiar pues apenas desaparece, vive en mí desde hace tiempo, no es grande pero si persistente aunque a veces sube el volumen de su insistencia y consigue aumentar la sensación de agobio. Un profundo desencanto, una desilusión lacerante que escarba las capas mas profundas de mi ser, formando una sima desconocida y, a veces, deseada y tentadora pues dejarme caer en ella significaría dejar de pensar y sentir. Pensé que había encontrado a la persona que le importarían mis silencios, que los comprendería sin sentirse herida, que trataría de romperlos sin provocar daño, pero no ha sido así. Quizás sencillamente no había llegado el momento, quizás solamente fue un espejismo provocado por mi necesidad de amar o quizás no era para mí y otra tendrá la inmensa fortuna de contar con ella. Me parece justo pues la misma persona que despertó mi ilusión, se arrepintió de haberla despertado, me parece justo pero no por ello duele menos.

Voy necesitando escuchar un latido que no sea el de mi corazón, de sentir una respiración que no sea la mía. Voy necesitando escuchar: ¿En que piensas?, y permitir que sea mi alma la que responda. Voy necesitando sentir de nuevo la concentración que me despierta sentir otra piel en mis manos, escuchar esa piel mientras la siento y mientras la imagino. Voy necesitando que alguien sienta lo mismo por mí. Voy necesitando sentirme necesaria y que no soy un ser más pululando por este mundo.

(125/66) Disculpas

Bueno... aparezco para que quede constancia de que sigo en este mundo... en éste y en el planeta Tierra, también. Tras una época un tanto difícil en el ámbito laboral, a un cambio de horarios que me atan más que antes para poder dedicarme, con la atención que merece, a pasear por vuestras casas (Mis secretas escapadas... no tenéis ni idea de como os echo de menos), sumado a mi casi siempre deficitario estado de ánimo de un tiempo a esta parte, he andado un poco desaparecida; espero irme situando y acostumbrando a este nuevo entorno y retomar todas estas cosas que me permiten estar en contacto con vosotros, este contacto que siempre me sienta tan bien y que consigue que ese estado de ánimo un tanto endeble se revitalice un poco. Deciros que, a pesar de esta separación momentánea y un tanto involuntaria, os llego conmigo en un rinconcito muy especial de mi corazón. Daros las gracias por vuestros comentarios; me encantaría poder hacerlo de uno en uno, como siempre, pero debo pediros perdón por no poder hacerlo así.

Os quiero y os echo mucho de menos, un beso para cada uno de vosotros, mis niños.

(124/66) Desequilibrio

Hoy me he sentado a escribir, lo necesitaba después de tantos días sin querer analizar mis sensaciones, ¿cobardía? ¿auto defensa?... no sé, quizás sencillamente indiferencia. Me pregunto por primera vez en algún tiempo como me siento y la respuesta es difusa, igual que el ánimo que me embarga. Tristeza, impotencia, desubicación, desilusión, desencanto, incredulidad, enfado… un estado anímico un tanto apático y muy desconcertado. Captar cada una de las sensaciones que me someten no es fácil y todo ello con el agravante de que realmente me da igual saber como me siento.

Me he levantado con la sensación de que nada se termina, de que hay puertas que no se cierran nunca, de que sigo inmersa en el mismo bucle en el que me sentí y en el que aún me siento atrapada, sigo arrastrando situaciones del pasado pero no por apego sino por obligación, de que haga lo que haga da igual y de que no saldré nunca de esta situación. Quiero avanzar pero no encuentro la forma de hacerlo por más que lo intento. Vuelvo a tener que empezar algo sin que me hayan permitido acabar lo anterior, vuelvo a escuchar palabras que no se corresponden con lo hechos, vuelvo a tener que esperar, a crearme unas expectativas que cada vez me cuestan más generar y creerme. Estoy cansada y aburrida de personas que muestran una total indiferencia por los sentimientos ajenos, que dicen y no hacen, que se creen y no son, y tener que escucharlas con una sonrisa en la boca y cara de creerme lo que me están contando. Necesito que algo salga bien sin que aparezca algo que lo destruya, que mi serenidad vuelva y que mi cotidianidad se convierta en eso: en algo que, por previsible, sea tranquilizador; que cada día no surja algo que impida que eso sea así, convirtiendo lo habitual en una continua sorpresa inquietante o desequilibrante. Necesito poder disfrutar de esas otras sensaciones que me aportan las personas y las cosas que de verdad importan sin interferencias estúpidas. Me siento cansada, muy cansada.

(123/66) Filtraciones

Sigo inmersa en este momento tan delicado. Un momento lleno de sensaciones como son las que me transmiten los roces de corazón con corazón y los de alma con alma. Inmersa en ese torbellino que provoca aprender a querer, a quererme y dejarme querer, a sentir, a sentirme y a dejarme sentir por personas que ha decidido, de alguna manera, llamar a mi puerta con la intención de entrar y de no quedarse en el umbral, de internarse hasta lo más íntimo y profundo.

Hay quien lo hace como un vendaval, poniendo todo patas arriba, removiendo y provocando algo que, en tu interior, estabas deseando… tener que reorganizarlo todo: sentimientos, deseos, anhelos, ilusiones… Originando una debacle que consigue despertarte de un paralizador letargo no deseado y provocado por la costumbre, la comodidad o por la falta de un incentivo real y reactivo en tu horizonte. Un tornado catártico y esperanzador para una calma ilusoria y falta de motivación y apoderándose de tu corazón y de tus emociones.

Hay quien se va infiltrando despacio, casi ni notas su presencia, entra de puntillas, haciéndose dueño de tu ternura, tu aprecio y tu cariño poco a poco, sin ruido. Nunca perturba tu calma, más bien, al contrario: apacigua tus instantes de furia compartiendo los suyos; convirtiéndose en alguien esencial y permanente, pautando tu vida, permitiendo que recuperes tus ritmos a fuerza de palabras tranquilas, de sentimientos disfrutados o padecidos y aportándote la inestimable riqueza de la compañía desinteresada.

En definitiva, sigo recorriendo mundos; el mío interior y el mundo de las personas que han decidido y permitido que nuestros mundos interactúen mezclándose en la maravillosa amalgama de la diversidad y la complejidad del Ser, esa diversidad que a veces nos asusta pero que siempre nos llena de nuevas enseñanzas, de esa complejidad que nos desconcierta pero que consigue que comprendamos que cada uno de nosotros somos únicos y maravillosos y transformándonos en imprescindibles compañeros de este viaje que es la vida.

Sé que sabréis perdonarme esta ausencia en la que estoy inmersa y, aunque formáis parte de este mundo, el mío, de una manera directa, necesito esta ausencia para retomarme.

P.D. 1: Antherea , no me he olvidado de tu encargo… estoy en ello.

P.D. 2: Butherfly … gracias, ha sido todo un detalle. Eres un cielo. También me pondré a ello, sin falta.

P.D. 3: Mañana es un día muy especial para mí. Mañana hará dos años la primera vez que publiqué una entrada. No puedo más que sentirme agradecida a todos los que me habéis acompañado a lo largo de estos dos años, incluso a aquéllos que ya no ocupan su sofá en mi salita de estar, pues también han sido protagonistas principales de esta andadura. Gracias a todos los que seguís y que me permitís seguir hablando de mis sensaciones con el conocimiento de que estáis ahí pues eso me ha permitido conocerme en otra dimensión y de rectificar comportamientos que me lastraban. Gracias y miles de besos para cada uno de vosotros.

(122/66) De versos y rosas.

Necesitaba un descanso y me lo he concedido. Aunque no es un descanso inactivo, pues lo estoy dedicando a descubrir nuevas, perturbadoras y hermosas sensaciones. Recorro partes de un mundo que estoy descubriendo en mí… debería decir para ser más exacta: que me están enseñando, pues es una parte que solo alguien puede descubrir, alguien muy especial y maravilloso, alguien que ha sabido colarse a través de todos mis obstáculos y mis dificultades. Un descanso repleto de movimiento e impregnado de matices que necesito reconocer y ordenar y que me mantienen expectante, inquieta y rebosante de vida. Es momento de atención y esmero, de mimo y cuidado. Momento de conocimiento y reconocimiento, de sensaciones táctiles y anímicas, de interpretar intuiciones. Momento en el que el instinto es la única razón, de escuchar latidos y poner significado a palabras pronunciadas desde y para un alma recién estrenada. Momento de sincronizar ganas, deseos, sueños e ilusiones; de sentir, a través de los poros y con los ojos cerrados, el tacto y la reacción imaginados. Momento de aprender y enseñar, de comprender, de transmitir sin interferencias, de escuchar con el corazón y a través de la piel lo que el oído no sabe captar, de adivinar intenciones y adelantar acontecimientos, de vivirlos desde antes de que sucedan e imaginar instantes mágicos cuidándolos desde antes de nacer, para disfrutarlos cuando crezcan. De falsa paciencia, de serenidad expectante y sinceridad sin dudas. De que las manos hablen sabiendo que van a encontrar eco en otras manos. De sentir lo que tantas veces he añorado y de hacer sentir lo que necesito expresar.

Nos hemos encontrado y me has recargado de vida, has agitado un corazón que estaba adormecido. Es momento de versos y rosas, de palabras encendidas y delicados pétalos. Mi Vida, es... Nuestro Momento.

121/66 Escribir desde los silencios

He vivido silencios de barro, pesados y fangosos silencios en donde sentía que mis pies se enterraban sin remedio.  Otros han sido de lava,  incandescentes y abrasadores, dejando desolación y desconcierto a su paso. He disfrutado de silencios de oro que, aunque profundamente tristes, han sido enriquecedores por compartidos y comprendidos, asumidos y clarificadores. He aprendido a apreciarlos, a medirlos, a pesarlos y, aunque con algo más de esfuerzo, a romperlos.

Me preguntaron no hace mucho tiempo cuales eran mis defectos y el primero que me vino a la cabeza fue: mis silencios. Sé que puedo herir cuando me sumerjo en uno de esos silencios de barro o de lava, en unos de esos silencios que me permiten respirar sin dolor y que solo consigo en soledad pues su única motivación es la de no entristecer a los que me rodean, aunque entiendo que el efecto que puedo conseguir es el contrario, pues lo que provocan son pensamientos de falta de confianza o de cariño. Como defecto reconocido, trato de superarlo aunque no siempre lo consigo.

Siempre he escrito desde mis silencios, desde esos silencios que me han permitido escuchar los suspiros y las voces de mi alma, de mi corazón, de mis sentidos o de mi cuerpo...  de esas sensaciones provocadas por palabras o por roces ajenos en los oídos y en la piel de mi alma o esas otras encontradas en la mirada, a veces virtual, de las personas a las que siento cerca aunque materialmente se encuentren lejos.

Ahora mis silencios tienen sonido: el de una dulce voz que le susurra a mi corazón como es la brisa, el sol, la lluvia, el rocío... y que despliega todo un Arco Iris de sensaciones que noto en mi estómago. Ahora escribo desde esa voz que me acompaña y me arrulla, que me permite sentir, entender y disfrutar de todas mis sensaciones sin necesidad de que mis silencios me invadan y distorsionen ese sonido que se ha convertido en la banda sonora de mis palabras escritas, pero también en el cálido son de mi alma.

(120/66) Cierro los ojos y sueño

Cierro los ojos y sueño que todos los sentimientos desaparecen, puedo vivir sin sentir nada, soy totalmente impermeable a cualquier sensación, ando por el mundo sin necesitar, sin querer, sin pensar, sin esperar, sin imaginar, sin reaccionar.

Me gusta esta nueva situación, tengo libertad absoluta, puedo moverme sin pensar en las consecuencias, puedo marcharme sin añoranza, sin que me duela dejar a las personas que me quieren (si hay alguien que me quiera o me odie, porque en esa nueva situación no sé cual serán los sentimientos y las sensaciones de los demás, pero no importa), o puedo quedarme, pues nunca más me sentiré triste, ni cansada de la cotidianidad, ni tendré miedo, puedo volar sin nada que me ate porque no tengo arraigo a nada ni a nadie. No tengo pasado que lastre mi presente, tampoco tengo futuro que me obligue a condicionar mi hoy. Continúo viviendo sin dolor, sin tristeza, sin preocupación, sin odio, sin lágrimas, sin amor, sin cariño, sin besos, sin caricias, sin miradas cómplices, sin sonrisas luminosas, sin risas. Veo, como si de una película del Cinexín se tratara el discurrir de la vida de todos los que me rodean, incluso mi propia vida; está bien, parece todo tan plácido, tan aséptico, tan ajeno. No provoca en mí ningún tipo de emoción, puedo presenciar el argumento sin tener que tomar partido, ni decidir, ni sufrir las consecuencias, ni repercutir el fracaso, ni disfrutar de los resultados, ni saborear el éxito. La única decisión es seguir viendo o no seguir viendo ese transcurrir, porque otra opción es desaparecer en el horizonte, echarme a andar sin rumbo, no tengo pautas que seguir, ni deseos que cumplir, ni metas que alcanzar, tampoco se romperán mis esperanzas, porque no tengo esperanzas puestas en nada. Puedo caminar hacia donde mis pies me lleven sin padecer los designios de un futuro que, aunque sea incierto, no me afecta, no me preocupa.

Despierto de mi sueño, abro los ojos y reconquisto mi falta de libertad, mis problemas, mis preocupaciones, mis traumas, mis miedos y mis tristezas, mi amor, mis amigos, mis conocidos, mi risa, su mirada, su sonrisa, sus besos imaginados, sus deseadas caricias. Y puedo amar, ilusionarme, querer, reaccionar, pensar y necesitar; y me doy cuenta de lo bello que es el conjunto, que hermoso es participar en una vida, llena de sinsabores pero, también, de alegrías, de ilusión y de amor.

(119/66) Mientras escribo

Te pienso mientras escribo y mientras escribo pienso que quiero describirte y no puedo hacerlo. Tengo una imagen inmóvil, una sonrisa inmóvil, una mirada inmóvil. Tengo palabras sin eco, besos sin contacto y una piel sorda. Tengo caricias sin cuerpo y un cuerpo sin caricias, tengo ganas sin comida y comida sin comensal. Tengo sencillo el ánimo, el corazón caliente y el alma exploradora.

Y aún así, entre lo que tengo y lo que no tengo, sigo escribiendo mientras describo lo que sueño y mis sueños me susurran lo que deseo y lo que escucho es que mi piel desea ser el eco de tus manos y que tu sonrisa se convierta en un laberinto en donde perder mis labios sin prisa ni cansancio. Deseo enredarte a mi vida, atrapar tus besos entre el vuelo de tu risa y que tus pies calcen mis zapatillas cada mañana.

Quiero que la espera y la distancia se queden olvidadas en el fondo de mi almario, allí donde he extraviado otras esperas y otras distancias, al lado de donde almaceno añoranzas y ausencias.

Necesito perderme en el bosque estrellado de tus ojos, que el amor sea la excusa perfecta de noches perfectas; que nuestras cotidianidades se confundan y nuestros días amanezcan con normalidad uno detrás de otro con el único motivo de sentirte a mi lado.

No puedo describirte pero sí descubrir lo que me haces sentir, lo que tengo, lo que no tengo, lo que sueño, lo que deseo, lo que quiero y lo que necesito... Todas esas sensaciones que hacen que mi corazón trabaje alegre y que la luz de la mañana tenga la tonalidad que solo la ilusión puede dar.

(118/66) Los colores del alma.

Los trazos surgían a pinceladas mojadas en las sensaciones de tu corazón y fuiste plasmando un hermoso paisaje de tu alma. Y en tu paleta estaba toda la gama de colores: desde el de la profunda tristeza hasta el de esa bella sonrisa que adivino en tu rostro, pasando por todo el colorido espectro de sentimientos que brotaban desde lo más íntimo de ti.

Y mientras el paisaje aparecía delante de mis ojos, me envolviste en un grato y cálido abrazo de confidencias y me enseñaste un pedacito de tu cielo, compartiéndolo conmigo. Admiré tu pintura, percibí en cada matiz el dolor, la pena, la angustia, la desesperación... pero también la ilusión, el amor, la lucha, la entrega...

Otro atardecer, a través de esa estampa, se ha vuelto a posar en mi mirada, distinto, especial y único. Atípico también pues lo compartimos estando separadas por kilómetros y meridianos, mientras tu caminabas la tarde, aquí el sol despedía su jornada y la noche llenaba lentamente mi tiempo.

Hay personas tan generosas que enseñan sin aleccionar, que con su sonrisa iluminan mis sombras y que me llenan de sensaciones compartiendo los colores de su alma pintando maravillosos paisajes proyectados desde el corazón. Aprender a conocerte es un privilegio y cada palabra envuelve un regalo para mi alma.

(117/66). ¿Casualidades?

Nuestras miradas se cruzaron aquella mañana, pero fue otra de esas miradas sin fondo ni memoria. Una de esas miradas de las que nacen millones y que mueren antes de nacer, que ni siquiera hablan de indiferencia. Sentada en el banco del andén de una estación cualquiera pienso que quizás no debiera haber sido así; que nuestras miradas deberían haber sido cálidas, atentas y curiosas y quizás, solo quizás, hubiéramos comenzado a charlar, habríamos ido a tomar un café con la excusa de la espera, y, para alargar la conversación, me hubiera subido a ese tren hasta la siguiente estación. Un tren del que su destino sería lo menos importante.

Pero la casualidad quiso que no te sentaras a mi lado en el banco de un andén de una estación cualquiera; que tras esa décima de segundo, mi mirada permaneciera distraída y que la tuya estuviera pendiente de las llegadas y salidas, que tu tren saliera enseguida imposibilitando la espera que nos hubiera dado una oportunidad y que yo hubiera abandonado mi atención en un banco cualquiera de una estación cualquiera negándonos la suerte de, quizás, cambiar nuestro destino.

(116/66) Nuevo Meme: Mis zapatillas.

(116/66) Nuevo Meme: Mis zapatillas.

Ya debe ser mundialmente conocida mi falta de voluntad para negarme a ciertas cosas... y una de ellas son los memes, cosa que aprovechan mis amigos blogeros para enrolarme en cuanto meme aparece en la red, jejeje.

Esta vez he sido invitada por BUTHERFLY a mostrar mis zapatillas... pues venga... aquí están. Algún día contaré el despliegue que tengo que hacer para poder colgar una foto hecha por mí en mi blog... ¡Toda una infraestructura!, jejeje.

Ese gatito acompaña los pasos por mi casa, enredando siempre a mis pies. Lo bueno... no maulla, ni aunque, sin querer, pise su rabito.

Paso el testigo de este divertido meme a:

-ROSANA

*Sé que le suelen gustar estas cosas y es mi amiga o sea que,...

-ARENA

*Me parece que nunca ha hecho un Meme... y hay que reconocer que tiene su encanto.

-VIRGINIA

*Por nuestras conversaciones sobre zapatillas... y por esas otras conversaciones...

-ANTHEREA

*Una pequeña venganza por el anterior meme que me transmitió... me hizo sudar, jejeje.

-JUANJO

*Pura y dura curiosidad... ¿qué zapatillas usará alguien que escribe de la forma que lo hace él?...

Y, por supuesto, a todo el que quiera anotarse... reconozco que me lo he pasado bien intentando y llevándolo a buen término.

Un beso, BUTHERFLY y muchas gracias, preciosa.

 

(115/66) Sensaciones recurrentes

(115/66) Sensaciones recurrentes

 

Hay sensaciones que se han quedado enganchadas a mi estela y me han acompañado a lo largo de mi vida llegando a entremezclarse con mis recuerdos de tal forma que, estoy segura, volverán a aparecer en mi futuro.

El escalofrío, esa mezcla de respeto y sobrecogimiento irracional, que me provoca adentrarme en una iglesia antigua: sus contraluces, sentir como una especie de fría e inexistente brisa erizándome la piel, el avasallador silencio, esa mezcla de olores: humedad, cera, incienso... me provocan tal cantidad de sensaciones y algunas tan contradictorias que acabo desconcertada.

Recorrerla despacio, sintiendo el frío que me transmiten sus piedras, la altura de sus columnas, la lejanía de sus bóvedas, la luz, deliberadamente diseñada para sumir en un tenue, sutil y fantasmal claroscuro la zona baja de la nave central, disminuyendo y aislando en su pequeñez a cualquier ser que se atreva a penetrar en el sepulcral silencio, espeso y pesado. Visitar las capillas en las que ese sobrecogimiento se acentúa ante la casi total oscuridad agudizada si cabe por la trémula y amarillenta luz de las velas, el sufrimiento reflejado en las imágenes, con un realismo exagerado y aterrador... esa permanente sensación de ser observada, juzgada y castigada sin misericordia.

Sentir todo esto, sabiendo que es un escenario, un montaje pensado y diseñado para cumplir una función determinada, precisa y muy estudiada, me hace sentir estúpida.

Otra sensación que también regresa una y otra vez, es la serena calma que me embarga cuando el atardecer nace y se desarrolla, magnífico, en la brevedad de su existencia. Esa serena calma provocada por la belleza más lujuriosa y exaltada que consigue que la tregua se declare en las luchas intestinas aún en los momentos más álgidos de la contienda, que mi respiración se tranquilice hasta casi desaparecer, mi corazón controle su ritmo y mi alma se vuelva sorda y muda a todo lo que no sea ese grandioso y magnífico instante. Una sensación a la que nunca me acostumbraré pues cada atardecer me sorprende por esa única, irrepetible y siempre superada inmensidad.

Gracias MAGEC , por esa mirada especial para capturar momentos mágicos.

Gracias por regalarme un atardecer... precisamente en uno de esos días de furia.