(33) Grata complicidad
Llevo años llamando a tu puerta y tú, amablemente me contestas, abres la puerta y me acoges en tu casa, tomamos un café y charlamos del tiempo, de las novedades en el pueblo, del sermón del domingo, del nuevo novio de la panadera, de las ocurrencias de Antón, el hijo del sastre, que de tan tonto parece listo...
Nunca hemos hablado de ti, ni de mí, ni de lo que sientes cuando la luz del amanecer engendra otro largo día, ni de lo que ocupa tu mente cuando las sombras proyectan soledad en tu alcoba.
Nunca te conté mis tristezas de almohada, ni mis pensamientos más honestos reconociendo la impotencia de mi angustia.
Jamás oí de la boca el mínimo quejido de amargura tras la muerte desoladora que te persiguió durante años, ni que sentías en tu desbastada alma obligada a olvidar el sufrimiento.
Jamás hablamos de esas cosas que no surgían en el primer sorbo, o en las que salen en el ritual de la preparación del café: Sólo, largo y muy caliente para mí, leche manchada para ti y tu sempiterno ardor de estómago; la blonda blanca y la mantequilla que nunca usábamos en el platillo de porcelana sobre el mantel de hilo. Sentadas una frente a la otra, con una sonrisa sincera iluminando nuestros rostros. Ambas sabíamos lo que pasaba por nuestras miradas. Yo sabía que habías tenido noticias por la forma en la que cogías la taza y perdías tus ojos a través de mí.
Tu buscabas mi tic cuando intuías que algo andaba mal: tocarme el anillo que me acompañaba desde hace muchos años te lo confirmaba, pero jamás preguntarías.
Bebo a tragos cortos mi café, sin prisa, disfrutando cada sorbo, alargando el placer de tu compañía. Tu mirada siempre conseguía reconfortarme, me daba esa calma que no siempre era capaz de mantener, esa calma que mi alma añoraba en su ausencia. Tu perenne sonrisa confundía mi miedo, conseguías acallarlo con tu calidez.
Momentos impregnados de ternura y pastas, de cariño y flores silvestres, de amistad y café caliente.
18 comentarios
Conchi -
Raquel -
Conchi -
Gracias, preciosa.
Carmen -
Besos
Conchi -
Conchi -
Conchi -
Rosana Claudia Marchini -
Bellísimo!
Rosana.
Carsito -
Rachel -
Besos cómplices para mi galleguiña.
Rachel.
Conchi -
Gracias, guapísima, un beso.
Conchi -
Gracias y un beso, guapísimo.
Conchi -
Espero que el día sea naranja intenso pero gratificante.
Un beso, preciosa.
Conchi -
Un beso, guapísimo.
loli -
Reno-de-Roja-Nariz -
Puede cambiar el escenario, pero la situación se repite, y delante siempre hay una persona que con sólo mirar sabe lo que estás pensando, a la que tal vez quisieras ocultar tu sufrimiento para que ella no se preocupe, pero no puedes.
Gracias por recordarlo.
Besos, guapa!!!
noelia -
Conchi, guapa, tu espacio fue el último en mi recorrido matutino y me ha dejado una paz y una sensación de bienestar que no sé si me ayudara a arrancar el día o más bien me ayudaría a conciliar el sueño y soñar feliz. Pq hoy parece que me caí de la cama, jeje me entró el insomnio y mira.... menos mal que con esto de los blogs no te aburres leyendo.
En fin... te dejo, jeje que voy a gastar todo el espacio para comentar, jajaaja
Un beso y que tengas un feliz día. Aquí en Barcelona está gris gris gris, pero a mi casi me parece que sea naranja, por lo intenso que espero que sea. ;o)
Besos.
Noelia
Juan -
La complicidad del que no pregunta, porque no le interesa husmear en los rincones dolientes del alma. La complicidad del que tan sólo comparte unas pastas con un café y espera... Espera pacientemente en que llegue el día en que se ponga sobre ese mantel de hilo el corazón de par en par y en bandeja. POrque ante tan serena complicidad, ese día llega, llega seguro...
¡ Salud !