(144/66) Pétalos y espinas.
La vida, como las rosas, tiene aterciopelados pétalos y también, como ellas, afiladas y punzantes espinas. Nos envuelve con su fragante aroma, impulsándonos a cerrar los ojos para disfrutar y dejarnos envolver por su fragancia y, cuando nos descuidamos, nos lacera la piel hasta hacernos sangrar. Siempre nos sorprende porque nunca esperamos tanto dolor de algo tan bello. Hay una frase que he leído en el acogedor hogar de Darilea (perdóname la licencia, mi niña) que dice: “Siempre queda perfume en las manos de quien ofrece rosas”. Cada vez que la leo me gusta pensar además que quien las ofrece se ha brindado a correr el riesgo de lastimarse en las espinas pero también se arriesga quien tiende sus manos para aceptarlas.
Hay momentos en la vida en los que solo podemos alcanzar a ver y sentir en nuestra carne las lacerantes espinas, sabemos que es una herida que supurará para siempre. El dolor causado nos conducirá por las oscuras sendas de la tristeza más amarga. Espinas que se quedan clavadas para siempre en nuestra alma y que impiden que nuestras heridas se cierren. Pero nos quedan los recuerdos, esos pétalos prensados y secos entre las páginas de nuestra vida y que, a pesar del daño que nos provocan, se convierten en íntimos altares, en eternas ofrendas de amor dedicadas a quién nos entregó un hermoso ramo de las más fragantes y bellas rosas.
Hay otros que nos concilian con la vida, no nos compensan pero si matizan el dolor enquistado, rellenan los espacios vacíos, mitigan los tiempos muertos, besan nuestras cicatrices, nos sostienen en esos otros de caída libre y consiguen que nuestro corazón se embriague y palpite con pulso ilusionado. Nos dejamos empapar por esa suave lluvia de frescos pétalos que nos reconforta, que nos devuelve la sonrisa espontánea, que seda nuestra alma inundándola con su fragancia, convirtiéndola en un reconfortante océano de amor y ternura.
Gracias por las rosas que me ofreces cada amanecer, por esa lluvia de pétalos que me cala el corazón, anegándolo de ilusión y belleza. Gracias, Mi Alma. Lo conseguiremos.
9 comentarios
puck -
Besos guapa.
Me alegro de que me visites y de volver a tu casa.
Gó -
Esta dedicatoria es tan refrescante como el aroma de las flores que se ofrecen ,con espinas ,pero también con el fluir de los pétalos.
Besucos y perdona mi tardanza.
Siempre estoy aqui.LO sbes¡
Gó
Juan 42 -
¡ Salud !
raquel -
Un besazo mi niña guapa.
carmen -
Gracias por tus palabras mi Conchi!
Gema -
Ánimo
Gloria -
jeje Besitos con todo mi cariño, Conchi
PD, ( ¡ llevo unos dias... me los queria perder, tonta de mi )
Gema -
Si es así y no es nada ficticio escrito, mucho ánimo.
Besos
Kamal -
Pasate por mi Bloc. Tienes un regalo (premio) para tu bloc. bien, si lo crees oportuno, claro.
Kamal (antes Tarek)