(84/66) Silencio II
Siempre he tenido un problema de comunicación, ahora lo estoy pagando con la demasía correspondiente. Me cuesta hablar, siempre me ha costado decir lo que siento y como lo siento, que necesito, que espero...
Mis miedos, por ancestrales ya conocidos, resurgen de las tinieblas de mi ser, amenazando mis sueños; evidentemente, no estaban bien enterrados. Este ciclo, del que pensé próximo su fin ya hace unos meses, nunca ha llegado a cerrarse, la culpa es mía, la asumo, quizás por agotamiento no supe cerrarlo como debería o quizás por auto engaño preferí cerrarlo en falso y ahora llega el momento de saldar deudas, esas viejas deudas que nunca desaparecen por mucho que tratemos de negar su existencia.
Vuelvo a subir al trastero, a remover antiguos fantasmas, a desempolvar sentimientos que ya había pensado en no volver a vestir, a recordar viejas sensaciones olvidadas en cajones que creí, ilusa de mí, no volver a abrir nunca más.
Mi ánimo, vapuleado por una tormenta que ya parece eterna, se ha hecho un ovillo, pequeño, huidizo y débil, pero tendrá la fuerza necesaria para salir airoso de este nuevo embate, supongo.
6 comentarios
Conchi -
Un beso, guapo.
(Ya estoy tratando de encontrar a mi primo Zumosol, no creas)
julio -
Lo he repetido muchas veces de que no hemos venido a este mundo a tener miedo y hablo con propiedad porque yo también, en tiempos, tuve miedo.
Te deseo que descubras a ese primo de Zumosol que llevas en tu interior que te ayude a caminar segura.
Un abrazo
Conchi -
No sé porqué pero no me creo de ti lo de fantasmagórico.
Un beso, guapetón.
mnez -
Besos fantasmagóricos, Conchi
Conchi -
Gracias, mi niña, un beso.
DArilea -
Un besito.