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Sensación De Vida

(114/66). Una gota más.

En el espigón del puerto, donde el mar rompe suicida confundiendo todo con su olor y su sabor a sal, donde las algas pierden su soledad convirtiéndose en bosque y donde la blanca espuma susurra repetitiva el canto embriagador y mortal de las sirenas, allí donde la luz del sol deslumbra mi mirada y el horizonte pierde su destino, allí dirijo mis pasos y ciñéndome al sendero que las rocas marcan bajo mis pies descalzos encaminándose hacia el abismo insondable; allí, justo allí, me pierdo en el mar infinito. Y en su color imposible presiento la fantasmal presencia de un barco hundido; la luz polariza su silueta bajo un azulado manto misterioso; el agua recrea un sonido profundo, grave, sereno... sedante a pesar del drama que narra, no hay estridencias y esa melodiosa sinfonía me inunda el alma.

Mi cuerpo se diluye en el líquido elemento que lo acoge haciéndole perder su consistencia; no siento mi respiración, me doy cuenta que mis pulmones permanecen inactivos y la sensación de libertad se agudiza. Me hundo despacio hasta el lecho de arena que alfombra el suelo. Soy líquida, sin forma, sin silueta que sujete mi liquidez. Absorbo la luz que me rodea adquiriendo sus mismas tonalidades. Soy gota y me confundo con el resto de gotas... La paz es absoluta aquí en el fondo.

La silueta majestuosa del barco se convierte en un imán para mi líquida mirada, me acerco saboreando el salitre y me interno en su casco acariciando sus contornos. Los corales y la corrosión se adueñan de sus entrañas, deformando las perfectas formas que se adivinan existentes en un pasado no demasiado lejano. Los peces disfrutan de un nuevo jardín de recreo nadando entre los camarotes y la maquinaria del barco, convertidos en guardianes fieles y celosos de aquella nueva conquista.

Mi mente, también líquida pero aún curiosa, trabaja sobre escenas cotidianas de faenas marineras: el arriar de velas, la limpieza de cubierta, el mantenimiento de máquinas, las órdenes del capitán... Personas elegantemente vestidas, sonidos de música de baile a la luz de una luna increíble por hermosa, casi irreal, con su cortejo fiel e infinito de estrellas... Diversión y trabajo, pasajeros y tripulación unidos sin mezcla en un espacio tan reducido, conviviendo día a día sin ser conscientes de ello... La tormenta... El naufragio... Confusión, gritos, llantos, furia, resignación, desesperanza... sobre una cubierta que se hunde irremisiblemente en la ansiosa boca de un torbellino gigantesco. Y después... la calma más absoluta. Algunas pertenencias de anónimo dueño flotando sobre las aguas tranquilas, aquella foto navegando inconsciente hacia alguna playa para convertirse en el tesoro secreto de los juegos de algún crío... que, mecida por agotadas olas tras las últimas horas, acaba siendo testigo y prueba de la encarnizada batalla. Olas que sirven de telón a la tragedia que se oculta ya silenciosa en el fondo de un mar cada vez más exigente. Y allí es donde mi líquido ser se enamora de ese coloso océano; único y poderoso me subyuga... soy una gota más, soy parte inseparable del inmenso elemento.

14 comentarios

Gó -

Conchi,amiguca preciosa,te escribo en esta entrada porque dije que no haría comentarios hasta que me recuperara del cansancio,pero te debo muchos y quiero decirte que estoy bien a pesar del cansancio psicológico.
Besucos amiguca y gracias por todoooooooooo¡¡¡¡
Yo también talobiu

puck -

Uf, así me gustaría a mi sentirme, como una gota del océano, sintiendo la marea de las demás gotas que lo forman. Sabes, creo que algo así debe ser Dios.
Besos.

Conchi -

Hoy voy a dar una contestación conjunta pues habéis conseguido ponerme colorada... Desde luego es todo un honor y un placer compartir con vosotros mis sensaciones, nunca podré agradecer lo suficiente la suerte que tengo de poder hacerlo.
Un beso, mis niños y niñas, cuando os llamo guapos me quedo corta.

Feliz-ahora -

Tu que seabe de océanos y aguas lo sabrás, seguro que lo sabes:

En un océano hay una gota, eso lo sabe todo el mundo; pero también hay un océano dentro de la gota

Arena -

Decirte que es precioso se queda corto.Porque lo importante es lo que te hace sentir ,y yo(por los comenterios veo que no soy la única)me he sentido parte del barco ,de la tormenta ,de los peces que recorren los camarotes ..
Conchi!es lo más hermoso que leí en mucho tiempo!.
Un abrazo salado..isa

butherfly -

querida conchi... te comento que he dejado algo para tí en mi post, espero que no te incomode y te diviertas tanto como lo he hecho yo... un beso guapa...

Rosana Claudia Marchini -

Hola Conchi!
Qué hermoso relato! Lo leía y me sentía en una balsa de palabras mecida en un mar que hasta me trajo su olor a sal literaria...
Un abrazo y que empieces muy bien la semana!
Rosana.

juno -

Pero cómo escribes...gracias por este baño de luz.

virginia -

Conchi .... Hoy me dejaste sin palabras , quede envuelta en sensaciones y tranquilas corrientes profundas. ¡ Que belleza de texto¡ Me he sentido sirena contigo y, creeme , he lamentado terminar de nadar en tu jardin encantado, me gustaba nuestro traje de escamas azules .... ¿ Pensaste en escribir un cuento para editarlo ? Lo siento , abuso de la amistad y guardo lo leido, niña , es digno de releerlo de vez en cuando .. Si te chincha .... ¡ lo siento¡¡ Hoy no te dejo un beso ... ¡¡ calla¡¡ del barco te traje unos corales y un pececillo de colores para tu baño .
gloria

El Lobo -

Me pierdo entre tus palabras y ese mar que tanto me hechiza.
Precioso texto.
Un beso.

Juanjo -

¡Magistral!
Los que amamos el mar sabemos que un día nuestras almas irán allí a confundirse con sus aguas, a jugar entre los peces y los pecios.

Besos con olor a salitre, guapísima

butherfly -

Hermoso!!! qué bello relato, que cautivadora narrativa... me he perdido dentro de aquel barco, siguiendo la corriente marina que entra y sale, nadando con aquellos peces... mar... ese mar soy yo... a veces en calma, otras turbulento y agitado... sip... yo navego en los siete mares y galopo en sus olas...
Un besuco y ese abrazo grandote que te envío en la distancia...

Magec -

Me quedé en el océano mecida entre las aguas....

Darilea -

Que hermoso lo que has escrito Conchi, me sentí por un momento ola sin dirección perdida en el océano inmenso.
Besitos