(16) Un atardecer especial
El atardecer difuminó mis sombras. La compañía, más que grata, imprescindible. Había ausencias, siempre las hay, aunque en mi corazón y en mi alma no las añoré, estaban allí, acompañando ese momento sublime en el que el sol hace enloquecer al cielo de naranjas infinitos. Otro momento de no pensar, de no sentir, otro momento de inspirar fragancias, de saborear, de salitre y algas, de instantáneas y colores, de palabras susurradas y silencios cómplices, de roces de brisa en la piel. Impregnarse, captar, dejarse llevar y... respirar, respirar profundamente, llenando los pulmones de sal, de atardecer, de aire, de amistad, de amor. Hacía frío, pero mi corazón sintió una sensación cálida, tranquila que hacía ya tiempo que no sentía. Gracias por hacerlo posible, por estar y por compartirlo.
10 comentarios
Conchi -
No envidies, nunca se sabe, la vida da muchas vueltas, quizás algún día ese paseo lo hagamos juntos.
Un beso, guapo.
Conchi -
Miles de besos, amiga mia.
Conchi -
Gracias y un beso, guapo.
Un amigo -
y muchos deseos de que esta sensación que describes se quede muchos años.
Mucha envídia da el no estar allí.
Conchi -
Un beso, guapo. (Como me sigue gustando eso de Androide)
Conchi -
Un beso, guapísimo.
Piky -
Reno-de-Roja-Nariz -
Besitos, guapa.
Androide Paranoide -
Saludotes.
Juan -
¡ Salud !